jueves, octubre 27, 2005

De Restaurantes, comida y otros traumas...


Desde que yo me acuerdo, siempre me ha gustado lo que se conoce como el arte culinario, la comida gourmet, tanto comerla (por supuesto) como cocinarla, cuando se puede. Esta afición creció aún más en los últimos trece años que son precisamente los que tengo viviendo solo, dejando no solamente la casa de mis jefes, sino mi ciudad natal, en busca de mejor empleo. Primero fui a dar hasta el D.F., donde sólo me aguantaron por tres años, para terminar estableciéndome desde hace diez, en esta difamada y conflictiva frontera Juárez/El Paso. Y ha sido durante dicho período nómada que he comido en cientos de restaurantes de todo tipo, con mucha mayor frecuencia que la persona promedio, y en diferentes ciudades, degustando desde las tortas de tamal con champurrado que desayunaba en la esquina de Génova y Londres en la tan extrañable Zona Rosa, hasta romper el cochinito para poder pagar una comida (junto con mi carnal Dave: los nacos nunca andan solos...) y sentarnos cerca de José María Aznar en el prestigiado y afamado Balthazar de New York. Todo esto lo escribo no con el fin de presumir, sino tratando de establecer de que mi paladar ya “está bien curado”, tanto de delicadezas culinarias como de antojitos callejeros, ya cuento con una ‘base de datos’ enorme para inevitablemente poder comparar calidad de platillos, y no poder resistir convertirme en Crítico de Restaurantes Amateur...A partir de que salgo seguido a comer fuera, he tenido infinidad de experiencias, buenas, malas y pésimas, y de todas saco la siguiente conclusión: Lo más importante que uno busca (al menos un servidor) al ir a comer a un lugar fuera de casa, es degustar un platillo delicioso, algo que uno mismo no sea capaz de experimentar, de duplicar en su propia casa; si a uno le sirvieran un platillo que de plano dices: “Ah, Caray...pues esta mugre yo la pude haber cocinado en la casa, y me hubiera quedado mejor....Pues qué no sale uno a comer fuera porque quiere degustar algo que en su misma casa no puede preparar, no puede igualar en sabor...? !”... En esta frontera desgraciadamente el buen sazón es muy escaso, a pesar de que abundan los restaurantes. Esto se debe, según lo que he logrado percibir, a que la misma población, la clientela juarense, no es nada exigente al comer en restaurantes, se conforman con cualquier cosa que les sirvan, y no porque sean conformistas, sino porque no conocen lo que es calidad en la sazón de platillos; de hecho, muestran mayor interés por la cantidad, les fascinan los buffets (que es lo que mas aborrece un servidor: siempre les complico la vida a los meseros porque cuando llego a algún restaurant y veo que hay buffet, les pido la carta, y me hacen caras...); esto de preferir cantidad por calidad no cabe en mi filosofía culinaria; pero desgraciadamente los buffets prevalecen no solo en la frontera sino en todo México, es un recordatorio del tercermundismo en que vivimos; el buffete es exitoso para ambas partes: para el restaurantero, porque maximiza ganancias al minimizar los costos de materia prima (al minimizar al máximo el contenido de cualquier tipo de carne roja, de ave o porcina, sustituyéndolo con cualquier relleno que haga abundante el plato; p.ej: en guisados, meterle más papa, salsa y cebolla que carne) y también minimiza el costo de la mano de obra (un cocinero prepara una cacerolota de una sola vez, en vez de tramitar 10 ordenes de guisado de una por una); y por supuesto, a los comensales les brillan los ojos cuando ven anuncio de “Buffet de 1 a 4”; al menos al tipo de comensales del grupo social al que va dirigida esta estratagema de la industria restaurantera, a la clase de gente que vive obsesionada en obtener más por su dinero, en hacerlo rendir mas; pero no tienen la capacidad mental ni la educación que les permitan reconocer la abismal diferencia que suele existir entre “MAS” y “MEJOR”... Como mencionaba, al menos en México, esto se debe a la situación económica... Sin embargo, como algunos sabrán, este fenómeno de los buffets lo importamos de nuestros vecinos los Gringous! Del mismito Primer Mundo!...Ahora, en el caso de los gabachos, la popularidad de los buffets mas que deberse a hacer rendir el dinero, es responsabilidad de cómo los grupos poderosísimos de la industria de la comida manipulan los medios y la publicidad para promover, propiciar la obesidad, para empujar mas el consumo de carbohidratos y grasas procesadas, porque es donde esta la mayor ganancia; es más fácil y barato manufacturar 50 Twinkies de Fresa por minuto, con 27 gramos de grasa y 45 gr de azúcar en cada paquetito, que solventar los altos costos de importación de frutas como el kiwi o el plátano; o pagar y pasar las inspecciones de salubridad para el manejo y refrigeración de pescadería y mariscos; un Twinkie puede estar en un estante de una tienda a temperatura ambiente de 5 a 10 años sin que le pase nada...y un filete de atún...? si varía la temperatura del refrigerador tan sólo 5 grados en dos horas, ya se echó a perder, y a la basura van U.S.$ 5.99. . .
Regresando un poco a mis experiencias en esta frontera (y quizá Uds lectores bloggeros lo hayan experimentado en sus rumbos también), con el ingreso reciente a México de las franquicias americanas, como "Applebee's", "Chili's" o de las franquicias aztecas, como "Italianni's" (de Carlos Slim), quizá se pensaba que los mexas íbamos atener acceso a los standards de calidad que ofrecen dichas franquicias en los "esteits"; sin embargo... como que el entrenamiento de forma de trabajo norteamericano no se les dá ni a los gerentes mexas, ni a su staff, porque siempre, siempre, sin excepción, que he ido a comer a dichas cadenas, o yo mismo sufro con la calidad del los platillos, o me doy cuenta que algún comensal se queja de lo mismo con los meseros o gerentuchos; y lo que me fastidia aún más, es que quieren resolver la situación tratándolo a uno con una lambisconería bochornosa, como si eso fuera a mejorar la calidad de mi platillo....
Por eso yo siempre he dicho, al salir a comer fuera, a mi me vale madres si el mesero me trata de la tiznada, o que me diga "just shut the fuck up and eat!", siempre y cuando lo que me sirvan sea un manjar exquisito, digno de los Dioses...total, a eso voy al restaurant, a darle gusto al paladar, no al ego....

martes, octubre 04, 2005

Un dilema moral... de felinos.


Resulta que hace un par de semanas descubrí por accidente, que al fondo de la cerrada donde vivo, hay una casa en cuyo patio frontal hay dos jaulas en el patio de enfrente, en una de las cuales tienen un par de Gatos Montés; preciosos gatos, adultos ya, comparables en tamaño con perros de raza mediana, como los dálmatas. Como total fanático de felinos domésticos y salvajes que soy, fue un descubrimiento que me causó, en principio, bastante gusto; pero después de que se empezó a disipar mi euforia, comencé con los cuestionamientos concernientes: --“Y. . .que no es ilegal o está sancionado esto, de tener animales salvajes potencialmente peligrosos dentro de domicilios particulares...? o...muy aparte de esto, no estarán sufriendo los pobres gatos, asi enjaulados en un patio de concreto, aun cuando tienen sombra, y que aparentemente les dan de comer y beber regularmente?...”--. Fue entonces cuando hicieron su aparición, sobre cada uno de mis hombros, mis dos conciencias, “José Diablo”, y “San José”, y el debate inició:José Diablo: --“Hey, esta es una magnífica oportunidad para hacer realidad tu sueño de tener por mascota un gato de esos; puesto que puedes hacer trato con los dueños para que te vendan un cachorrito!...--; ‘San José’:--“No, cómo crees! Hay que denunciar a los dueños con las autoridades correspondientes!...--; J.Diablo: --“No seas ingenuo! Los dueños son obviamente ricachones con influencias, que incluso puede que ya se hayan “arreglado” con algún corrupto de la SEMARNAT; o incluso te puedes meter en broncas mayores, ya que aquí en Juarez no sabes qué clase de vecinos puedes tener, especialmente en este fraccionamiento donde se aprecia mucho dinero de dudosa procedencia, y todavía así vas a meter tus narices donde no te llaman, y te vas a ganar vecinos enemigos de a gratis...”; ‘San José’ (ya con menos convicción): --“Pero....esos animalitos son salvajes y deben de ser liberados, aquí nomás están sufrien---; (J. Diablo):---“Sufriendo?!?! Asegurados con agua, comida y sombra? Vélos bien, que regordetes, sanos y juguetones están!...(S.J.): --“bueno, quizá no sufran por sustento, pero, ellos son salvajes, deberían andar corriendo libres allá en el monte...”; (J.D.):--“Y cuánto rato crees que van a durar asi de gorditos y sanotes allá en el monte, con tanto cazador furtivo persiguiéndolos para quitarles el pelaje y que terminen en bolsos o botas? Honestamente, quién te garantiza que dejándolos en libertad van a estar mejor cuidados que aquí?”—“...pero, de todos mo----“MOMENTO, YA PARENLE!” los interrumpí a ambos; “Así no me están ayudado a resolver nada”—les dije, para terminar la discusión. Por lo pronto, estos gatos no están sufriendo en lo absoluto, los veo muy contentos y juguetones, son amigables (ambos se presentaron conmigo lamiendo meticulosamente mis manos investigando de paso el sabor del lente de mi cámara), se ve que se les cuida a diario; así que, mientras yo vea que no están sufriendo, no voy a tomar ninguna mediad que me pueda meter en pleitos innecesarios a mi, o peor aún, que aunque logre que intervengan autoridades, los pobres gatos terminen teniendo un destino menos favorable que el lugar del que gozan ahorita... y eso no me lo perdonaría... así que, mientras tanto, me encargaré de echarles un ojo a diario. . . como si sufriera al hacerlo, je, je. . .